viernes, 10 de mayo de 2013

¿Cómo configurar las nuevas dinámicas en el quehacer de la biblioteca escolar? Orientaciones para iniciar un proceso de transformación realmente necesario

Podemos apreciar que el valor de la dimensión física de la biblioteca no entra en “crisis” ya que las bibliotecas escolares precisan entornos desde los cuales desarrollar sus funciones. Pero evidentemente son muchas las preguntas que nos realizamos: ¿Cómo han de ser físicamente las bibliotecas en este futuro próximo? ¿Qué aspecto tendrán sus espacios? ¿Realmente estarán vacías de libros? ¿Qué conformará su materialidad?

Ser permeables a los nuevos tiempos significa que la biblioteca escolar ha de ser capaz de transformarse para encontrar nuevas maneras de llevar a cabo las funciones que le son propias. Pero esta transformación ha de ser paulatina, no podemos transformar de golpe elementos, prácticas e inercias que nos vienen acompañando desde hace tiempo... aunque ahora nos parezcan caducas y obsoletas.

Los cambios que no son fáciles pueden ser una realidad si de verdad los anhelamos, porqué son de naturaleza conceptual. Son cambios vinculados a las nuevas prácticas culturales. Por ello no podemos iniciarlos en soledad. Necesitamos en primer lugar que en nuestro centro educativo se considere la necesidad de romper con ciertas premisas culturales vinculadas a la cultura impresa y a la sociedad industrial que ahora nos encorsetan.  Hay que poner el tema sobre la mesa. Ello implica tomar conciencia de los aspectos caducos y determinar con argumentos sólidos las bases teóricas necesarias para configurar las nuevas dinámicas en el quehacer de la biblioteca escolar, considerando evidentemente el contexto especifico y propio de nuestro centro.

Así pues la transformación requiere dos fases, una de carácter teórico donde se asienten de forma compartida las bases que han de argumentar los cambios y una segunda de implementación, donde se realice una incorporación paulatina de propuestas concretas para su desarrollo. El claustro debe valorar que lo que actualmente ha de transformarse es la manera en que las bibliotecas escolares actúan, los instrumentos que utilizan y las estrategias concretas de acción que se llevan a cabo. Sus funciones y su finalidad no resultan modificadas.

Seguimos organizando la biblioteca escolar en base a los tres parámetros que fundamentan su utilidad:
  • Una estructura de gestión que actúa como centro de recursos que filtra y redistribuye contenidos prestando servicios específicos pensados y articulados para dar respuesta a las necesidades informativas de la comunidad a la que sirve. 
  • Un agente de mediación y formación que actúa vinculado al fomento de la lectura y al desarrollo de habilidades informacionales y hábitos de trabajo intelectual. 
  • Un entorno social de interconexión y colaboración que actúa de forma presencial con actividades especificas estableciendo vínculos y conexiones que a su vez pueden sostenerse, nutrirse y conservarse en el entorno virtual. 
Las bibliotecas escolares desde hace tiempo, en el modelo que se ha ido impulsando en la última década, se han configurado como entornos de aprendizaje y lectura donde la actividad con ella generada de forma continuada por el equipo docente, exalta su valor educativo y cultural. 

En este sentido transformar las bibliotecas escolares en su dimensión física implica organizar sus entornos (presencial y virtual) como contextos para la interacción con el objetivo de poder generar con sus servicios mediadores un determinado ambiente cultural y lector de centro. Se trata de contextos que creen de forma estratégica condiciones especificas para que se de la posibilidad de la interacción. Una interacción entendida como la relación activa de los aprendices consigo mismos, con los demás y con  el mundo cultural y social que les rodea..

Porqué actualmente en muchos centros las bibliotecas escolares ya están participando en la creación general de ambientes ricos a nivel cultural que empapan el día a día de la escuela.  Estos ambientes representan para el alumnado oportunidades lectoras pero también una gran cantidad de estímulos intelectuales de gran valor educativo.