Para argumentar el valor de una biblioteca escolar como centro de recursos en un centro educativo se precisa en primer lugar un cambio de actitud. Las bibliotecas ya no pueden mantenerse a la espera pensado que su servicio de información será utilizado por el solo hecho de existir. Este es el punto de partida de los cambios que afectan especialmente a las bibliotecas de los centros de educación secundaria.
El desarrollo de la biblioteca como centro de recursos pasa por activar la necesidad de su uso. Y esto representa en este momento vincular de forma efectiva la biblioteca a la actividad del centro educativo. A las necesidades de los jóvenes como aprendices y a las necesidades del profesorado como docentes. Esto implica actuar más a demanda que en base a supuestos preestablecidos .
La biblioteca deja de trabajar sobre ella misma. La gestión de los recursos ya no gira en torno a la colección. El eje son las actividades que reclaman recursos y contenidos específicos. El quehacer bibliotecario se vincula ahora a la comunicación y a la distribución. La biblioteca deja de organizar y dinamizar la propia colección para entregarse de lleno a generar servicios de información que den respuesta a necesidades concretas. La biblioteca y su colección giran alrededor de la actividad del centro.
Actuar pensando no en dar servicio a personas que serán posibles usuarias de la biblioteca, sino a personas que están dentro de una organización (el centro educativo ) llevando a cabo unas tareas concretas y que necesitan recursos específicos para su realización. Esto nos permite gestionar contenidos en función de necesidades ya identificadas.
Estas necesidades pueden ser múltiples y serán diferentes cada curso escolar. La biblioteca ha de conectar con ellas. No puede quedar al margen. Ya no tiene sentido desarrollar un servicio de información y documentación genérico y standard.
La biblioteca proporciona recursos pero de forma vinculada. La biblioteca está al servicio de la actividad del centro educativo y de las tareas concretas que se desarrollan. No solo porque la biblioteca escolar es una biblioteca que ofrece recursos sino porque es ante todo un agente de apoyo curricular. Si la biblioteca escolar no se vincula a la actividad del centro educativo no puede ejercer uno de los pilares de su misión.
Las actividades que se realizan en las aulas o los proyectos del centro son las que reclaman el uso de la biblioteca o el uso de los recursos y contenidos que ella proporciona. En consecuencia también son las que determinarán las políticas de adquisición y selección de los recursos .
Estas necesidades pueden ser múltiples y serán diferentes cada curso escolar. La biblioteca ha de conectar con ellas. No puede quedar al margen. Ya no tiene sentido desarrollar un servicio de información y documentación genérico y standard.
La biblioteca proporciona recursos pero de forma vinculada. La biblioteca está al servicio de la actividad del centro educativo y de las tareas concretas que se desarrollan. No solo porque la biblioteca escolar es una biblioteca que ofrece recursos sino porque es ante todo un agente de apoyo curricular. Si la biblioteca escolar no se vincula a la actividad del centro educativo no puede ejercer uno de los pilares de su misión.
Las actividades que se realizan en las aulas o los proyectos del centro son las que reclaman el uso de la biblioteca o el uso de los recursos y contenidos que ella proporciona. En consecuencia también son las que determinarán las políticas de adquisición y selección de los recursos .
La colección de la biblioteca escolar será necesariamente variable y muy a la medida de las características del propio centro. Así pues nunca tendremos dos bibliotecas escolares iguales aunque compartan en este aspecto unos criterios y parámetros generales .
La biblioteca deja de trabajar sobre ella misma. La gestión de los recursos ya no gira en torno a la colección. El eje son las actividades que reclaman recursos y contenidos específicos. El quehacer bibliotecario se vincula ahora a la comunicación y a la distribución. La biblioteca deja de organizar y dinamizar la propia colección para entregarse de lleno a generar servicios de información que den respuesta a necesidades concretas. La biblioteca y su colección giran alrededor de la actividad del centro.