Los jóvenes se están acostumbrando a dispersar y ocupar su atención entre diferentes tareas simultáneas. Hay momentos, espacios y situaciones que agradecen la atención dispersa y el desarrollo de la multitarea pero hay otros en los que se requiere la concentración, el análisis y la reflexión focalizada y profunda. Como indica Ángel I. Pérez Gómez, Catedrático de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Málaga en su libro"Educarse en la era digital" :
El déficit de las nuevas generaciones no es por lo general un déficit de información y datos sino de organización significativa y relevante de las informaciones fragmentadas y sesgadas que reciben en sus espontáneos contactos con las pantallas múltiples y las redes plurales. En especial, el déficit de los procesos actuales de socialización se ubica fundamentalmente en el territorio de los sentimientos, valores y conductas. Se trata por lo tanto de un déficit fundamentalmente de orientación y organización de sentimientos, de organización de conductas, de elaboración de modos de interpretar y hacer.
La multitarea forma una plataforma adecuada al conocimiento en la acción, mientras que la atención concentrada, secuencial, la reflexión lógica, reposada, deductiva es, por el contrario, la herramienta adecuada para la reflexión sobre la acción, para preparar y planificar la acción y para evaluar las consecuencias, resultados y calidad de los procesos que hemos desencadenado.
La dispersión, la interrupción, la pluralidad y multidimensionalidad de perspectivas pueden abrir el conocimiento a la captación de la complejidad, pero no puede substituir a la necesidad de reflexión reposada, a la concentración en un foco de análisis que sirve de hilo conductor al razonamiento previo y posterior a la acción, a la exigencia de ir más allá de las apariencias, de los rasgos epidérmicos que saturan la comprensión simultánea, inmediata y a corto plazo.
(*) Pérez Gómez, Ángel I. Educarse en la era digital. Madrid: Morata, 2012
La multitarea forma una plataforma adecuada al conocimiento en la acción, mientras que la atención concentrada, secuencial, la reflexión lógica, reposada, deductiva es, por el contrario, la herramienta adecuada para la reflexión sobre la acción, para preparar y planificar la acción y para evaluar las consecuencias, resultados y calidad de los procesos que hemos desencadenado.
La dispersión, la interrupción, la pluralidad y multidimensionalidad de perspectivas pueden abrir el conocimiento a la captación de la complejidad, pero no puede substituir a la necesidad de reflexión reposada, a la concentración en un foco de análisis que sirve de hilo conductor al razonamiento previo y posterior a la acción, a la exigencia de ir más allá de las apariencias, de los rasgos epidérmicos que saturan la comprensión simultánea, inmediata y a corto plazo.
(*) Pérez Gómez, Ángel I. Educarse en la era digital. Madrid: Morata, 2012
