viernes, 15 de marzo de 2013

La necesidad de comprender la naturaleza enredada y conectada del mundo contemporaneo. Un imperativo ético más que técnico

Ángel I. Pérez Gómez, Catedrático de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Málaga en su último libro "Educarse en la era digital" aporta en el capitulo primero una reflexión interesante acerca de los efectos que la cultura digital impregna en el desarrollo y socialización de las personas así cómo los retos educativos que se derivan.
  • El mundo de la pantalla es un mundo muy distinto al mundo de la página escrita, requiere una vida intelectual, perceptiva, asociativa y reactiva muy diferente, nace una nueva ética y una nueva técnica intelectual que define de modo distinto lo que consideramos conocimiento válido así como las formas de adquisición, distribución y consumo del mismo.
  • Preparar a los ciudadanos no solo para leer y escribir en las plataformas multimedia sino para que se impliquen en el mundo comprendiendo la naturaleza enredada y conectada de la vida contemporánea, se convierte en un imperativo ético además que una necesidad técnica.
  • La imparable y poderosa penetración social de las nuevas tecnologías ha alterado nuestras vidas ofreciendo novedosas peculiaridades al conocimiento y experiencia de los seres humanos. Cabe considerar estos aspectos:
1- La expansión de las herramientas digitales como extensión de los recursos y posibilidades de conocimiento y acción. Ello supone una reestructuración de lo que entendemos por conocimiento, de las fuentes y criterios de verdad, y de los sujetos autorizados y reconocidos como creadores de conocimiento.

2- El carácter distribuido del conocimiento. La cognición, tanto los contenidos como los procesos, se encuentra distribuida y dispersa entre mentes humanas, medios digitales, grupos de personas, espacios y tiempos.  Se provee un acceso descentralizado a una enorme cantidad de información que se organiza con criterios distintos a los tradicionales.

3 - La externalización hacia las máquinas de tareas, funciones y actividades. Cabe destacar la traslación en el foco educativo, del trabajo rutinario que se puede automatizar y por tanto externalizar, a las tareas cognitivas de orden superior, creativas, artísticas y de atención y cuidado humano, no rutinarias, que implican creación y relaciones sociales que generalmente no se pueden ni automatizar ni externalizar.

4- Los aprendizajes de orden superior para ayudar a vivir en la incertidumbre y la complejidad. La memorización ya no se aprecia tanto como necesaria como la habilidad para organizar las ideas a favor de un pensamiento independiente, fundamentado y contextualizado. Se requiere desarrollar hábitos intelectuales que preparen para un futuro en el cual todo es mas accesible, complejo, global, flexible y cambiante.

5 - La cooperación como exigencia del conocimiento y de la acción en la era de la información. Tiene una gran importancia la interacción y el trabajo en equipo, la complementariedad de roles y conocimientos dispersos para afrontar la complejidad de funciones en la vida social, política y laboral contemporánea. Los espacios de afinidad tienen en común una tarea, y no se definen por edad o por género o sector social. Supone una ligación a una tarea o interés que está acotada en el tiempo y que depende de la iniciativa de los participantes.

6- El cambio en la concepción sobre la naturaleza y funcionalidad de la información y del conocimiento. Aparece la idea de cultura participativa y de inteligencia distribuida, a diferencia de la concepción del conocimiento experto.Sostiene la posibilidad de combinar conocimientos diversos y construir conocimiento común a partir de los intercambios permanentes que implican contrastes, complementariedades y enriquecimientos mutuos.

7- La exigencia de enfoques holísticos. Para manejar la complejidad y la incertidumbre se requiere la integración de comprensión y actuación basadas en la integración de conocimientos, actitudes y habilidades más que aprendizaje aislado y fragmentado de conocimientos por un lado y habilidades por otro.

(*) Pérez Gómez, Ángel I. Educarse en la era digital. Madrid: Morata, 2012