La primera línea se vincula a la creación de entornos informacionales específicos que agrupan recursos vinculados a proyectos o actividades concretas. Representa un servicio de información digital que proporciona una selección de recursos focalizados en una temática específica. Esta selección, alejándose de la idea de realizar una colección digital exhaustiva, se realiza con criterios de pertinenza respecto al tipo de actividad a la que da apoyo
La segunda acción se concreta con la creación de plataformas virtuales colectivas creadas para compartir recursos dentro de la comunidad. Se trata de la administración de repositorios digitales comunitarios para dar visibilidad a los recursos digitales que se utilizan en el centro educativo.
Actualmente diferentes agentes facilitan al alumnado enlaces a recursos digitales para las tareas escolares. Las selecciones de recursos se llevan a cabo de forma individual (el acceso directo del alumnado, las selecciones propias de los profesores ...) Al mismo tiempo desde diferentes ámbitos (coordinador TIC, departamentos ...) se abren cuentas o perfiles digitales para utilizar herramientas de la web social. La biblioteca resulta ser un agente más que ofrece sus propias selecciones desde su portal digital. ¿Realmente tiene sentido que la biblioteca también las realice? Sí, siempre que sea de forma focalizada y en términos de utilidad.
Hay que considerar que la gestión de recursos digitales necesita en el centro educativo avanzar hacia dinámicas de trabajo colaborativas con la finalidad de impulsar que nuestros alumnos crean sus propios entornos personales de aprendizaje.
El objetivo común es que nuestro alumnado pueda ser autónomo en el acceso a la información en la sociedad digital. Esto implica no sólo desarrollar estrategias de búsqueda y localización, sino también de organización y gestión de la información. En este sentido cuando hablamos de recursos digitales hay que considerar no sólo contenidos, sino también herramientas y aplicaciones de trabajo para el acceso, tratamiento y comunicación de información.
Si lo que queremos desde la biblioteca es formar parte de los entornos personales de aprendizaje de nuestros alumnos hay que proporcionarles entornos informacionales específicos que sean para ellos referentes para la realización de tareas concretas. Este es el caso de los trabajos de investigación o las actividades de lectura. La biblioteca puede generar entornos informacionales en esos ámbitos. Pero ha de hacerlo con herramientas digitales que ellos puedan agregar en sus propios entornos (herramientas como Pinterest, Issu, Simbaloo ...). Hay que efectuar estos entornos más bien como secciones del portal de la biblioteca o como productos específicos que se puedan enlazar o enbeber de forma directa.
Si lo que queremos desde la biblioteca es formar parte de los entornos personales de aprendizaje de nuestros alumnos hay que proporcionarles entornos informacionales específicos que sean para ellos referentes para la realización de tareas concretas. Este es el caso de los trabajos de investigación o las actividades de lectura. La biblioteca puede generar entornos informacionales en esos ámbitos. Pero ha de hacerlo con herramientas digitales que ellos puedan agregar en sus propios entornos (herramientas como Pinterest, Issu, Simbaloo ...). Hay que efectuar estos entornos más bien como secciones del portal de la biblioteca o como productos específicos que se puedan enlazar o enbeber de forma directa.
En referencia a la gestión compartida, el objetivo como centro educativo es asegurar que la gestión de los recursos se realice con unos criterios comunes y que las diferentes iniciativas que se lleven a cabo se puedan asociar o relacionar. El papel de la biblioteca debería ser en este caso poder garantizar que esto se produzca poniendo al servicio de la comunidad mecanismos de gestión y estructuras que permitan articularlo.