jueves, 20 de diciembre de 2012

La necesidad de dar sentido al trabajo escolar y la responsabilidad de provocar el deseo de aprender


“Es responsabilidad del educador provocar el deseo de aprender” por Philippe Meirieu . Cuadernos de pedagogía, núm. 373. Pág. 42-47. (2007).

Como indica Judith Casals que realiza esta entrevista, el pedagogo francés Philippe Meirieu reivindica el derecho de todos los niños a aprender y la responsabilidad de los educadores de garantizarlo. No basta con enseñar. No basta con dar respuestas. Hay que provocar en los alumnos el deseo de aprender y de formularse preguntas. Y hacerlo codo con codo, acompañándolos a lo largo de toda la escolaridad y ayudándolos a encontrar tiempos de reflexión y concentración en una época en la que están “sobre informados” y “sobreexcitados.

Si se quiere luchar contra el fracaso escolar, más allá de esta necesaria  personalización de la pedagogía, hace falta reflexionar sobre lo que  se podría llamar un nuevo tipo de relación con el saber. Se trata de  procurar que los alumnos con grandes dificultades perciban el interés  de aprender, de invertir su energía en la escuela, de movilizarse por  el trabajo escolar. Hoy los alumnos con fracaso son alumnos para  quienes el trabajo escolar no tiene ningún sentido. Y lo importante,  me parece, es dar sentido al trabajo escolar.

Pienso que hace falta interrogarse sobre la obsolescencia del modelo tradicional que constituye la clase, es decir, un grupo de unas 30 personas que hacen la misma cosa al mismo tiempo y dentro del cual  hay extremadamente poco trabajo de acompañamiento individual.  La clase fue perfectamente adaptada a siglo XIX. Hoy, la clase se ha convertido en un freno a la evolución  del sistema escolar; por una parte, porque hay actividades que  deben hacerse con grupos más numerosos y, por otra parte, y sobre  todo, porque lo que necesitan los alumnos con grandes dificultades  es el apoyo individual, tiempos de acompañamiento personal,  tiempos que permiten a los enseñantes detectar y remediar esas dificultades. Este acompañamiento personal de los alumnos es algo  absolutamente fundamental.