Porque no podemos ordenar el mundo digital bajo los mismos parámetros del mundo físico o analógico y la biblioteca escolar ha de tomar nota de esta premisa. En la red, la información se derrama por todas partes a tiempo real, y puede ser localizada de diversas formas. Así pues toda voluntad de orden y permanencia en este entorno es una ilusión.
En este sentido en referencia al acceso a los recursos digitales hay que centrar la acción de la biblioteca en la realización de tareas de filtro y redistribución de recursos pero focalizados en proyectos concretos y no de forma exhaustiva para realizar una colección digital permanente. Hay que considerar el criterio de relevancia como el elemento clave para poder llevar a cabo la función mediadora de la biblioteca. Al mismo tiempo la biblioteca escolar puede intervenir en acciones formativas o de apoyo en la resolución de demandas referidas a estrategias de búsqueda y en la determinación de criterios de valoración y selección.
Porqué la acción de filtrado ya implica valoración y selección. Y la acción de distribución implica dispensar y repartir. Ahora en el entorno digital con la situación permanente de sobredosis informativa, más importante que disponer de recursos en sí, es facilitar su acceso de forma mediada.
Porqué la acción de filtrado ya implica valoración y selección. Y la acción de distribución implica dispensar y repartir. Ahora en el entorno digital con la situación permanente de sobredosis informativa, más importante que disponer de recursos en sí, es facilitar su acceso de forma mediada.