viernes, 17 de agosto de 2012

¿Por qué hablar de competencia informacional y no de habilidades informacionales?



Perrenound, Philippe. Cuando la escuela pretende preparar para la vida. ¿Desarrollar competencias o enseñar otros saberes?. Barcelona: Graó, 2012.

En este libro Philippe Perrenound nos anuncia la existencia actual de una inestable conceptualización de las competencias que está generando diversas e importantes confusiones. Porque las reformas están proponiendo más bien una transposición de los programas escritos en términos de conocimientos para reformularlos en clave de competencias.


"Porque una competencia no se define a partir de saberes predeterminados. Debería ser al revés. Partir de las situaciones y prácticas sociales más comunes, inferir de ellas unas competencias e identificar los saberes, habilidades y actitudes, que dichas competencias requieren como recurso"

"El sistema educativo ha adoptado la concepción de la competencia como movilización de un conjunto de recursos personales, pero se empecina en definir primero los recursos en lugar de intentar saber a qué problemas se enfrentaran los futuros adultos. Actualmente en la identificación de competencias son escasos los argumentos que se refieren a situaciones y prácticas sociales identificables. No se identifican las situaciones de la vida que las competencias permiten enfrentar".



¿Cómo delimitar el campo de una competencia? 

Según Perrenoud  el campo de una competencia viene delimitado por una grupo o familia de situaciones. Así pues ¿Cómo enunciar las tareas, problemas y situaciones en los que una competencia es pertinente? ¿Es lo mismo hablar de tareas que de situaciones?. No exactamente. Una tarea se refiere a algo que hay que hacer en función del problema o de la demanda, la competencia permite que el sujeto pueda realizarla. Aquí la situación puede percibirse como un simple contexto donde se desarrolla la tarea. Pero en otros casos el actor se ve confrontado no a tareas concretas sino a situaciones más globales y complejas. Aquí la competencia actúa permitiendo dominar estas situaciones con pertinencia y eficacia.

Se dirá que un conjunto de situaciones constituye una familia si el actor puede encarar cada una de estas situaciones con una sola y única competencia. Esto significa que las situaciones pertenecientes a esta familia se abordan y manejan más o menos con los mismos recursos, conocimientos, habilidades y actitudes. Significa que los procesos mentales que entran en juego en la puesta en sinergia de estos recursos tienen como trasfondo los mismos esquemas.


Confusión entre competencias y habilidades

Philippe Perrenoud propone que se hable de competencia cuando se trata de dominar globalmente una situación, y de habilidad si se trata de dominar una operación especifica que no basta por si sola para enfrentar y manejar la totalidad de los parámetros. Esto lleva a referir las competencias a unas familias de situaciones y las habilidades a una operaciones o unos esquemas que puedan funcionar como recursos al servicio de múltiples competencias. No podemos confundir competencias y habilidades. Las habilidades son recursos al servicio de competencias más globales. Ninguna habilidad por si sola permite enfrentar la totalidad de una situación compleja.


¿Pueden estas aportaciones sugerir un giro en la conceptualización de la competencia informacional?  

¿Por qué hablar de competencia informacional y no de habilidades informacionales? ¿Qué argumenta el uso de este término en detrimento de otros similares? ¿Qué caracteriza la competencia informacional como competencia? ¿Responde este al concepto de competencia digital o no?. Discernir estas cuestiones puede resultar de interés para abrazar la magnitud de sus aportes, visualizar los puntos de intersección que esta dispone con otras competencias y esclarecer la finalidad de su articulación en los centros educativos.